Uno de los temas más complejos de entender en el en el matrimonio es la unidad espiritual que existe entre el hombre y la mujer, que los constituye como un solo cuerpo delante de Dios.
Esta verdad, como todas las verdades bíblicas, aplica para toooodos los matrimonios: civiles, religiosos, cristianos, budistas, etc.; ya que la unidad se forma mediante el acto sexual. Por tanto, es preciso entender que si una pareja de novios mantiene relaciones sexuales se forman un solo cuerpo; lo mismo sucede a quienes mantienen relaciones sexuales con prostitutas.
Ser un solo cuerpo conlleva muchas responsabilidades como matrimonio, y una de ellas es la «dependencia» que coexiste en la pareja. El cuerpo no es nada sin la cabeza, así como la cabeza no es nada sin el cuerpo.
Algunos matrimonios parecieran sufrir de cuadriplejia espiritual, donde la cabeza esta desconectada del cuerpo así como el cuerpo lo esta de la cabeza. Creen que andar cada uno por su lado es posible, pero no es así.
Para sanar la cuadriplejia espiritual es preciso que el matrimonio se convierta en una unidad espiritual con Jesús, pues es Jesús el cordón de 3 dobleces que fortalece a un matrimonio. Así como en una cirugía tan compleja en las vertebras requiere que se apliquen aditamentos para sostener la columna y que el cuerpo vuelva a ser uno solo con la cabeza, el matrimonio necesita a Jesús.
¿Qué significa ser un solo cuerpo?
Ser un solo cuerpo espiritual es ser una unidad que actúa juntamente por un propósito.
Ser un solo cuerpo implica, que como matrimonio, debemos trazarnos objetivos comunes, unificar criterios, unificar las finanzas, unirnos en momentos de oración, entre tantas cosas que como individuos solemos hacer solos, pero que ya no es posible.
Ser un solo cuerpo no es dejar de ser individuos que piensan, razonan, opinan y actúan, sino que desde el momento en que nos convertimos en uno, debemos andar el mismo camino.
¿Por qué para bien y para mal?
Ser uno solo, aunque no seamos consientes de ello, no implica que el cuerpo se puede enfermar solo sin que la cabeza lo sienta. Muchos matrimonios creen que pueden, como la frase conocida: «Quédate solita muelita con tu dolor, que el resto nos vamos a acostar», separarse del dolor de su pareja sin que esto los afecte.
Todo cuanto hagas dentro de tu matrimonio afectará tu pareja, si siembras lo bueno, tu pareja se beneficiara; si siembras lo malo, tu pareja también cosechará lo malo.
Hasta el día de hoy no conozco una sola pareja, donde el adulterio no haya perjudicado a todo el cuerpo: padres e hijos por igual.
Por tanto si somos consientes de que somos solo uno, podremos avanzar mucho más rápido y creceremos como matrimonio mucho más fuertes:
